«De repente, un vendaval atravesó los tubos del
órgano y una voz estruendosa proclamó la gloria divina. Entonces el joven apoyó
la espalda en las frías piedras, las grandes y frías piedras, mientras el
huracán soplaba y la voz retumbaba. Las columnas de la iglesia, al igual que él,
apenas podían soportar el estruendo. Se estiraron como una persona se estira al
despertarse, tanto que parecía que iban a romperse, y el joven apoyó la espalda
en las frías piedras de la iglesia y extendió los brazos como si estuviera
crucificado. Por encima de él, vio las oscilantes y ondulantes columnas. El
órgano parecía mucho más grande. Los tubos se alzaron desde el suelo hasta el
cielo y el joven sintió cómo un fuerte viento le levantaba de las piedras y le
llevaba hasta el cielo entre las columnas oscilantes.»
M. C. Escher
Carta a un amigo sobre lo que siente cuando escucha el órgano (Tocata y fuga en re menor, de Johann Sebastian Bach), mientras se ve reflejado, apenas una tenue figura, en una lámpara de la catedral de la ciudad holandesa de Haarlem, en 1920.
__________Carta a un amigo sobre lo que siente cuando escucha el órgano (Tocata y fuga en re menor, de Johann Sebastian Bach), mientras se ve reflejado, apenas una tenue figura, en una lámpara de la catedral de la ciudad holandesa de Haarlem, en 1920.
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