«Incluso con mi bastón que me ayuda a caminar, con mi artritis y con mis otras pequeñas calamidades y con tal de no tener que soportar otras, me gustaría vivir 120 años, aunque sólo sea por curiosidad. En el mercado de una longevidad aumentada, donde la edad de 120 años sería una norma, la edad de jubilación llegaría a los 100 años, más que a los 65, y las personas conservarían toda la potencia creadora de su juventud hasta los 70 años.»
Konrad Lorenz
Tomado de: El futuro de la vida,
de Michel Salomon