«Ningún filósofo, y prácticamente ningún novelista, ha conseguido explicar de qué está hecha realmente esa misteriosa sustancia: la capacidad consciente de los seres humanos. El cuerpo, los objetos externos, los recuerdos punzantes, las cálidas fantasías, las mentes de otros, la culpa, el temor, la duda, las mentiras, el júbilo, la melancolía, los dolores que dejan sin aliento, mil cosas que las palabras apenas pueden rozar a tientas y torpemente coexisten, y muchas de ellas se funden en una sola unidad de consciencia.»